28 marzo 2018

GEORGETTE MARJORIE


Han pasado ya unas cuantas semanas desde que en Cuatro emitieran el reportaje "Pasaporte Pampliega: Coltán, mineral de sangre". Me resulta muy difícil poner palabras a lo que sentí durante los minutos que duró el documental pero, hubo un momento en que mientras hablaba Georgette Marjorie, mi hermano pequeño me miró y me dijo: "Regi, ¿estás bien? Si quieres, lo quitamos y ponemos otra cosa". Desde ese momento, supe que quería hacer algo para ayudar a la casa en la que trabaja Georgette, en esa casa donde tratan de borrar el dolor y la humillación de la violación, donde luchan por devolver la dignidad a mujeres y a niñas, y donde asoma la esperanza. Todo es fácil cuando te rodean personas con un corazón enorme, a las que solo tienes que mandar un whatsapp contándoles la situación para que todas quieran echar una mano. Amigas que son más que eso, amigas que son familia. Gracias a AnaEstherMaríaMaría Carmen y Rebe por su generosidad sin límites y por tener siempre las manos abiertas para dar. Gracias porque todas entendieron que el mejor destino de esos 200 euros -que teníamos reservados para posibles gastos- era la causa de esta gran mujer.
Gracias por supuesto a Georgette Marjorie por ser una de esas personas que entregan su vida al cuidado de los demás, por generar luz en medio de una terrible oscuridad.
Y gracias a Antonio Pampliega por arriesgar su vida -en su caso además literalmente porque estuvo secuestrado diez meses por Al Qaeda- con el fin de dar voz a las personas que no la tienen. Gracias por dar a conocer una realidad que muchas veces se nos escapa.

Si queréis conocer el trabajo de Pampliega y el de Georgette, asomaos por aquí: